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domingo, 10 de enero de 2010

El propósito de "Colombianos por la paz" es lograr estatus de beligerancia para las Farc

Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido el 10 de Enero 2010 4:42 PM

La manipulación de las Farc para liberar al cabo Moncayo tiene una explicación precisa y hace parte del plan B orquestado para finales de diciembre pasado. El plan A para dejar en libertad al suboficial, se realizaría con la complicidad de los gobiernos de Brasil y Argentina, así como la calculada intervención de Monseñor Castrillón en Roma, mas la simultánea publicación en Suecia del video de los "campesinos farianos".
La trama era perfecta y coincidía con el fin de año, cuando el espíritu navideño relaja un poco las actitudes políticas e induce a conciliar. Algo similar a la pantomima de la fallida liberación del niño Emmanuel hace un par de años.
Mediante esta jugada, las Farc pretendían utilizar el secuestro del gobernador del Caquetá como el medio de presión, para que Europa por intermediación del Vaticano les quitara el rótulo de terroristas, y así Lula, Chávez y el resto del "combo fariano" les concederían estatus de beligerancia, embajadas en sus países y total reconocimiento político.
En forma premeditada, días antes se reunió en Caracas el Movimiento Continental Bolivariano de las Farc, cuyos cabecillas expresaron abierta simpatía por el brazo armado del Partido Comunista Colombiano, con la venia de los gobernantes de los países comprometidos en una asociación para delinquir, que por enésima vez guardaron silencio frente a esta realidad geopolítica y estratégica que atenta contra la integridad institucional colombiana.
Desde luego, Chávez continuó con la amenaza de guerra y la farsa de vender la idea que la víctima es Venezuela, para justificar cualquier agresión posterior surgida de su gobierno, ya que no le funcionó la provocación de guerra contra Colombia, con la destrucción de tres puentes ubicados en pasos fronterizos.
Por esa razón, cuando dijo que las liberaciones demorarían mas de lo previsto, Piedad Córdoba no solo se integró a la reiterada manipulación y al premeditado plan fariano, sino que desautorizó a Monseñor Córdoba, quien por iluso se convirtió en ficha del plan A de las Farc y sus camaradas, cayó en la trampa y puso en entredicho tanto su credibilidad, como su seriedad, no ajena al consuetudinario deseo de figuración de sus antecesores en asuntos de mediación, para tomar algún contacto con el grupo terrorista.
Pero a los conjurados les falló el plan A. El gobernador del Caquetá fue degollado. El mundo entero se les vino encima a las Farc. Sus socios de Venezuela, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, no los cuestionaron en público, pero se quedaron sin aire. El canciller brasileño Amorín que hacía parte de la conjura y coordinaba la filigrana internacional de apoyo a las Farc tanto con Olivo Saldaña en Brasilia como con sus embajadores en Europa, se vio obligado a retirar a un emisario de Bogotá y a guardar silencio discreto.
De inmediato, las Farc y sus socios activaron el Plan B. El partido Comunista Argentino, con el aval del gobierno de Cristina Kirchner, publicó en Buenos Aires la película filmada en Venezuela cerca a uno de los campamentos de Iván Márquez, la que también pretenden presentar en Suecia.
Pero, una vez mas les falló lo planeado, porque la Cancillería colombiana puso el grito en el cielo e instó por primera vez a los embajadores, a que actúen en consecuencia y eviten la audaz propaganda terrorista.
Entonces, Alfonso Cano sacó a relucir sus cartas. Puso al descubierto que los nexos de los comunistas argentinos con las Farc están en pie, y dejó traslucir, que a diferencia de la apatía del cuerpo diplomático colombiano acreditado en Estocolmo, los terroristas de civil que circulan por Europa ya contactaron al gobierno sueco, muy sensible por cierto a los temas humanitarios; los convencieron que son simples campesinos y no narcoterroristas, razón por la cual este país sería el mediador ideal para liberar a Moncayo.
Dicha mediación generaría la "sorpresiva" reacción favorable a las Farc por parte de los gobiernos del socialismo del siglo XXI en el hemisferio, para forzar la falsa negociación de paz, a partir del canje humanitario y el estatus de beligerancia de las Farc.
Esa negociación de paz sería falsa, pues el dogmatismo marxista-leninista, indica que para las Farc y sus socios del Foro de Sao Paulo, solo habrá paz en Colombia cuando los terroristas tengan el poder político en Colombia y hayan impuesto una dictadura comunista afín a Chávez, Morales, Lula etc.
Por lo tanto, "Colombianos por la paz" grupo del que hacen parte varios miembros del Partido Comunista Clandestino de las Farc, amparados en las bondades de la democracia que pretenden degollar como hicieron con el gobernador del Caquetá; solo busca la legitimación política de las Farc no la liberación de los secuestrados.
Este grupo del que también hacen parte varios idiotas útiles de las Farc, que ansiosos por sacar a Uribe e impedir su reelección, obran como marionetas de los terroristas; actúa en consonancia con el Foro de Sao Paulo, el Movimiento Continental Bolivariano, los proyectos del Plan Renacer de las Farc y los "coincidentes planteamientos" de los camaradas del semanario Voz, órgano de difusión oficial del Partido Comunista Colombiano.
En ese orden de ideas, la militancia de Alán Jara en Colombianos por la Paz no es gratuita. El, Sigifredo López, Luis Eladio Pérez y Gechem fueron liberados con instrucciones precisas de hacer campaña para el Congreso, conseguir la curul y presionar desde allí el acuerdo humanitario, para lograr el siguiente paso del estatus de beligerancia fariana.
No hay lugar para ser tan ingenuos al pensar que un grupo terrorista que masacra sin compasión a once magistrados y luego miente con total cinismo, que secuestra y degüella a un gobernador, que juega con el dolor de la madre del mayor Guevara, que envenena acueductos municipales, que lanza cilindros contra una capilla llena de feligreses en Bojayá, que incendia automotores con ocupantes adentro, que masacra a 33 campesinos en La Gabarra, que fusila a sus compinches, que trafica coca y que ha mentido tantas veces, hubiera liberado a los dirigentes políticos enunciados, sin haberlos comprometido a nada.
Además, sería muy ingenuo creer que esas liberaciones fueron de buena fe, cuando han manipulado tanto con la liberación del cabo Moncayo y los demás secuestrados.
Un indicio de esta realidad, es que recién liberado Eladio Pérez hablaba incansable que tenía la fórmula secreta para el intercambio humanitario con participación de varios gobiernos, pero pocos días después de su liberación murió Raúl Reyes y en los computadores que le incautaron, quedó demostrado que el audaz plan de paz de Pérez, no era más que la imposición a este mensajero casual, de lo acordado por Chávez e Iván Márquez en el Palacio de Miraflores,
En síntesis, La propuesta de poner a Suecia como mediador obedece a buscar que la Unión Europea con participación incluida del Vaticano, retire el rótulo de terroristas a las Farc, mientras "Colombianos por la paz", sigue inmerso en el objetivo para el cual lo crearon los comisarios políticos de las Farc, es decir, buscar el estatus de beligerancia para los terroristas.
Esto explica las declaraciones de Iván Cepeda cuando dice que con el degüello del Gobernador del Caquetá, las Farc no son terroristas sino que cometieron un crimen de guerra, es decir que desde esa óptica son un ejército.
Tal posición coincide con los expuesto por los terroristas reunidos en Caracas con el nombre de Movimiento Continental Bolivariano, el silencio cómplice de los mandatarios de Unasur vinculados al socialismo del siglo XXI, la continua amenaza de Chávez contra Colombia, y el desespero de las Farc por conseguir estatus político, antes que los aviones Super-tucano terminen de eliminar a sus cabecillas.
De remate, ya las Farc no actúan solas. Su operatividad va en consonancia con un impulso internacional, del cual hacen parte los miembros del Foro de Sao Paulo y todos los comunistas latinoamericanos, pero por desgracia, los afectados tanto en Colombia como en Estados Unidos no quieren ver así.


Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com

El propósito de "Colombianos por la paz" es lograr estatus de beligerancia para las Farc

La manipulación de las Farc para liberar al cabo Moncayo tiene una explicación precisa y hace parte del plan B orquestado para finales de diciembre pasado. El plan A para dejar en libertad al suboficial, se realizaría con la complicidad de los gobiernos de Brasil y Argentina, así como la calculada intervención de Monseñor Castrillón en Roma, mas la simultánea publicación en Suecia del video de los "campesinos farianos".
La trama era perfecta y coincidía con el fin de año, cuando el espíritu navideño relaja un poco las actitudes políticas e induce a conciliar. Algo similar a la pantomima de la fallida liberación del niño Emmanuel hace un par de años.
Mediante esta jugada, las Farc pretendían utilizar el secuestro del gobernador del Caquetá como el medio de presión, para que Europa por intermediación del Vaticano les quitara el rótulo de terroristas, y así Lula, Chávez y el resto del "combo fariano" les concederían estatus de beligerancia, embajadas en sus países y total reconocimiento político.
En forma premeditada, días antes se reunió en Caracas el Movimiento Continental Bolivariano de las Farc, cuyos cabecillas expresaron abierta simpatía por el brazo armado del Partido Comunista Colombiano, con la venia de los gobernantes de los países comprometidos en una asociación para delinquir, que por enésima vez guardaron silencio frente a esta realidad geopolítica y estratégica que atenta contra la integridad institucional colombiana.
Desde luego, Chávez continuó con la amenaza de guerra y la farsa de vender la idea que la víctima es Venezuela, para justificar cualquier agresión posterior surgida de su gobierno, ya que no le funcionó la provocación de guerra contra Colombia, con la destrucción de tres puentes ubicados en pasos fronterizos.
Por esa razón, cuando dijo que las liberaciones demorarían mas de lo previsto, Piedad Córdoba no solo se integró a la reiterada manipulación y al premeditado plan fariano, sino que desautorizó a Monseñor Córdoba, quien por iluso se convirtió en ficha del plan A de las Farc y sus camaradas, cayó en la trampa y puso en entredicho tanto su credibilidad, como su seriedad, no ajena al consuetudinario deseo de figuración de sus antecesores en asuntos de mediación, para tomar algún contacto con el grupo terrorista.
Pero a los conjurados les falló el plan A. El gobernador del Caquetá fue degollado. El mundo entero se les vino encima a las Farc. Sus socios de Venezuela, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, no los cuestionaron en público, pero se quedaron sin aire. El canciller brasileño Amorín que hacía parte de la conjura y coordinaba la filigrana internacional de apoyo a las Farc tanto con Olivo Saldaña en Brasilia como con sus embajadores en Europa, se vio obligado a retirar a un emisario de Bogotá y a guardar silencio discreto.
De inmediato, las Farc y sus socios activaron el Plan B. El partido Comunista Argentino, con el aval del gobierno de Cristina Kirchner, publicó en Buenos Aires la película filmada en Venezuela cerca a uno de los campamentos de Iván Márquez, la que también pretenden presentar en Suecia.
Pero, una vez mas les falló lo planeado, porque la Cancillería colombiana puso el grito en el cielo e instó por primera vez a los embajadores, a que actúen en consecuencia y eviten la audaz propaganda terrorista.
Entonces, Alfonso Cano sacó a relucir sus cartas. Puso al descubierto que los nexos de los comunistas argentinos con las Farc están en pie, y dejó traslucir, que a diferencia de la apatía del cuerpo diplomático colombiano acreditado en Estocolmo, los terroristas de civil que circulan por Europa ya contactaron al gobierno sueco, muy sensible por cierto a los temas humanitarios; los convencieron que son simples campesinos y no narcoterroristas, razón por la cual este país sería el mediador ideal para liberar a Moncayo.
Dicha mediación generaría la "sorpresiva" reacción favorable a las Farc por parte de los gobiernos del socialismo del siglo XXI en el hemisferio, para forzar la falsa negociación de paz, a partir del canje humanitario y el estatus de beligerancia de las Farc.
Esa negociación de paz sería falsa, pues el dogmatismo marxista-leninista, indica que para las Farc y sus socios del Foro de Sao Paulo, solo habrá paz en Colombia cuando los terroristas tengan el poder político en Colombia y hayan impuesto una dictadura comunista afín a Chávez, Morales, Lula etc.
Por lo tanto, "Colombianos por la paz" grupo del que hacen parte varios miembros del Partido Comunista Clandestino de las Farc, amparados en las bondades de la democracia que pretenden degollar como hicieron con el gobernador del Caquetá; solo busca la legitimación política de las Farc no la liberación de los secuestrados.
Este grupo del que también hacen parte varios idiotas útiles de las Farc, que ansiosos por sacar a Uribe e impedir su reelección, obran como marionetas de los terroristas; actúa en consonancia con el Foro de Sao Paulo, el Movimiento Continental Bolivariano, los proyectos del Plan Renacer de las Farc y los "coincidentes planteamientos" de los camaradas del semanario Voz, órgano de difusión oficial del Partido Comunista Colombiano.
En ese orden de ideas, la militancia de Alán Jara en Colombianos por la Paz no es gratuita. El, Sigifredo López, Luis Eladio Pérez y Gechem fueron liberados con instrucciones precisas de hacer campaña para el Congreso, conseguir la curul y presionar desde allí el acuerdo humanitario, para lograr el siguiente paso del estatus de beligerancia fariana.
No hay lugar para ser tan ingenuos al pensar que un grupo terrorista que masacra sin compasión a once magistrados y luego miente con total cinismo, que secuestra y degüella a un gobernador, que juega con el dolor de la madre del mayor Guevara, que envenena acueductos municipales, que lanza cilindros contra una capilla llena de feligreses en Bojayá, que incendia automotores con ocupantes adentro, que masacra a 33 campesinos en La Gabarra, que fusila a sus compinches, que trafica coca y que ha mentido tantas veces, hubiera liberado a los dirigentes políticos enunciados, sin haberlos comprometido a nada.
Además, sería muy ingenuo creer que esas liberaciones fueron de buena fe, cuando han manipulado tanto con la liberación del cabo Moncayo y los demás secuestrados.
Un indicio de esta realidad, es que recién liberado Eladio Pérez hablaba incansable que tenía la fórmula secreta para el intercambio humanitario con participación de varios gobiernos, pero pocos días después de su liberación murió Raúl Reyes y en los computadores que le incautaron, quedó demostrado que el audaz plan de paz de Pérez, no era más que la imposición a este mensajero casual, de lo acordado por Chávez e Iván Márquez en el Palacio de Miraflores,
En síntesis, La propuesta de poner a Suecia como mediador obedece a buscar que la Unión Europea con participación incluida del Vaticano, retire el rótulo de terroristas a las Farc, mientras "Colombianos por la paz", sigue inmerso en el objetivo para el cual lo crearon los comisarios políticos de las Farc, es decir, buscar el estatus de beligerancia para los terroristas.
Esto explica las declaraciones de Iván Cepeda cuando dice que con el degüello del Gobernador del Caquetá, las Farc no son terroristas sino que cometieron un crimen de guerra, es decir que desde esa óptica son un ejército.
Tal posición coincide con los expuesto por los terroristas reunidos en Caracas con el nombre de Movimiento Continental Bolivariano, el silencio cómplice de los mandatarios de Unasur vinculados al socialismo del siglo XXI, la continua amenaza de Chávez contra Colombia, y el desespero de las Farc por conseguir estatus político, antes que los aviones Super-tucano terminen de eliminar a sus cabecillas.
De remate, ya las Farc no actúan solas. Su operatividad va en consonancia con un impulso internacional, del cual hacen parte los miembros del Foro de Sao Paulo y todos los comunistas latinoamericanos, pero por desgracia, los afectados tanto en Colombia como en Estados Unidos no quieren ver así.


Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com

viernes, 31 de julio de 2009

Las marrulleras reacciones de Lula, Chávez y Correa confirman sus nexos con las Farc

Desde Quito Rafael Corea payaseó y pidió a Jojoy que confirmara si las Farc aportaron dinero para su campaña presidencial. Como era obvio de esperar, desde Venezuela Iván Márquez le respondió que no.
Por su parte desde Caracas, con el consuetudinario cinismo marxista-leninista Hugo Chávez negó que los lanzacohetes de fabricación sueca hubieran sido entregados por el gobierno venezolano a las Farc y desató otra tormenta mediática cargada de insultos y descomedimientos contra Colombia, con la disculpa que la presencia militar de Estados Unidos en Colombia es un peligro para su “democracia”.
Mientras tanto, con el mismo cinismo Lula Da Silva el otro complotado y uno de los dos cerebros de la estrategia comunista del siglo XXI en el continente (el otro es Fidel Castro), acudió al artilugio de ofrecer sus servicios como mediador entre Caracas y Bogotá, pero a la vez tuvo el descaro de pedir explicaciones del gobierno colombiano ante Unasur y la OEA.
En ese sentido Lula actúa igual a Fidel Castro, cuando el dictador cubano ordenó a Chávez que se despelucara por la captura de Granda y luego medio entre y Uribe Chávez para zanjar la disputa.
Como era de suponer, el gobierno colombiano respondió con firmeza, desistió de asistir a la improductiva y “mamertizada” cumbre de Unasur, y con actitud gallarda dejó claro ante el mundo entero, que ni en el tramposo acuerdo humanitario apadrinado por Piedad Córdoba ni en la manipulación de Unasur, Colombia puede ceder ante el chantaje y las baladronadas de los peones de Fidel Castro en Latinoamérica.
El cuento chino ingeniado por Correa, que Raúl Reyes lo tildó de traicionero, no es mas que otra de las marrullas del pintoresco mandatario ecuatoriano, tendientes a desviar el cauce de sus responsabilidades penal, política e histórica por tener nexos con terroristas.
La pataleta de Chávez por la presencia militar de Estados Unidos en la región, no solo pretende liberar la actual presión de las Fuerzas Militares contra el mono Jojoy, sino que intenta buscar la forma de descalificar el contenido de los computadores de Reyes, para tener futuros argumentos de defensa ante las instancias internacionales, cuando sea llamado a responder por augear el terrorismo.
Y la actitud morronga de Lula, pretende hacerlo aparecer como el falso moderador, pues también sabe que a largo plazo cuando ya no sea presidente del Brasil, los computadores de Reyes lo pueden sentar en el banquillo de los acusados en la Corte Penal Internacional.
Si el contenido del diario de Reyes no hubiera sido manipulado por Correa y sus asesores, y si fuera cierto que el actual gobernante ecuatoriano no es cómplice de las Farc, el gobierno de Ecuador lo hubiera hecho público desde marzo de 2008, cuando el gobierno colombiano destapó la caja de pandora con los primeros hallazgos de los computadores.
La mirada matrera y agresiva de Correa contra Uribe en Santo Domingo, refleja el odio comunista de clase propio de un delincuente de cuello blanco complotado con terroristas que desangran al pueblo colombiano, contra el audaz presidente que sabedor de la funesta complicidad de Correa con el terrorista Raúl Reyes a quien protegía dentro de su territorio, tomó l avaliente e histórica decisión de golpear la cúpula de las Farc en la sede prohijada por los directivos de Alianza País.
Por esa razón Chávez blasfemó, rabió, botó babaza, injurió al pueblo colombiano y desató una oleada de ofensas contra Uribe, pues temía que ocurriera lo mismo con Iván Márquez, Timochenco y Tirofijo, cuyas guardias personales tienen campamentos en diferentes puntos de la geografía venezolana.
Un año y medio después de la certera muerte de Reyes, los tres complotados contra Colombia continúan con la misma actitud marrullera.
Lula se hace el que no sabe nada y que solo quiere la paz para Colombia, sin dejar de promocionar en forma velada, la campaña presidencial de la representante de los autodenominados Colombianos por la Paz y la calculada legitimación de las Farc, incluida la apertura de embajadas para los terroristas en La Habana, Quito, Managua, La Paz, Caracas, Buenos Aires, Santiago, Montevideo, Asunción y San Salvador.
Correa mantiene su actitud grotesca disfrazada con dignidad de vitrina, adolorido por la muerte de Reyes en su supuesta segura guarida y por que al mismo tiempo evidencia que su odiado "enemigo de clase" Alvaro Uribe no solo lo supera en cualidades personales y profesionales, sino que el 90% del pueblo colombiano quiere reelegirlo.
Y Chávez desarrolla el libreto que le ordenan Fidel Castro y Lula. Vocifera estupideces y luego se retracta. Ofende y luego se declara agredido. Miente y tiene el descaro de decir que el mentiroso es Uribe.... Comunista tenía que ser ....
Las anteriores realidades demuestran con claridad meridiana, que la preocupación de Lula, Chávez y Correa acerca de la presencia de militares norteamericanos, es simple y llanamente la comprobación que por parejo los mandatarios de Ecuador, Venezuela y Brasil, son cómplices de las Farc y presienten que con la presencia de militares norteamericanos en Colombia apoyados por tecnología de punta, con suma facilidad las Fuerzas Militares colombianas podrán golpear los campamentos de las Farc dentro y fuera de las fronteras nacionales, impedirán el crecimiento de las estructuras comunistas afiliadas en Colombia al proyecto estratégico del Foro de Sao Paulo y descubrirán mas pruebas que comprometen a estos gobiernos pro terroristas con las Farc.
Todas estas realidades, implican que Colombia tiene la obligación moral y política, de dar continuidad a la estrategia de seguridad democrática con la alta posibilidad de reelegir a Álvaro Uribe, único dirigente capaz en la actualidad de contrarrestar las argucias y patrañas de los comunistas del hemisferio y el carácter suficiente para actuar con coraje contra los enemigos de Colombia.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
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