sábado, 9 de mayo de 2009

Colombia no puede olvidar a los secuestrados

Por coronel Luis Alberto Villamarin Pulido el 9 de Mayo 2009 11:00 PM

Tras una extensa conversación con el sargento Amaón Florez, uno de los 15 liberados en la Operación Jaque y después de leer los libros de Frank Pinchao, Eladio Pérez, Clara Rojas, Juan Carlos Torres, el de los tres gringos, y de repasar la amplia cantidad de videos de You Toube acerca del tema, queda en el ambiente un sinsabor de impotencia, ira contenida, e inexplicable razonamiento acerca de la guerra cruel, despiadada y sanguinaria que nos asedia.
Estos son apartes del impactante testimonio de Amaón:
Jojoy, y los demás terroristas de las Farc son descompuestos mentalmente. Casi todo el tiempo tuvimos una cadena al cuello. Nos encadenaban por parejas. Cada dos horas nos depertaban en la noche para verificar que todavía estuviéramos encadenados, pues como ellos se trasnochaban eso mismo hacían con nosotros. Cuando caminábamos por la selva íbamos encadenados unos a otros con el riesgo de morir ahorcados, en caso que alguno de los dos perdiera el equilibrio. Igual sucedía cuando navegábamos en los bongos dentro de los caudalosos ríos.
Lo mas humillante, degradante e inhumano era cuando íbamos a hacer las necesidades fisiológicas. Escoltados por tres o cuatro terroristas que se ubicaban en triángulo alrededor de nosotros, al aire libre y sin ningún respeto por la intimidad de las víctimas, debíamos defecar en un hueco que llaman chonto. Por pudor el compañero de cadena volteaba a mirar para otro lado, y luego cambiabamos de posición. Era tan asquante esa situación que por evitar ese espectáculo, al principio del cautiverio, algunos soportamos fuertes estreñimientos.
Cuando marchábamonos por la selva nos arriaban como si fuéramos animales salvajes. Padecí ocho veces de paludismo pero a menudo los terroristas me negaron los medicamentos. Durante mucho tiempo el compañero de cadena fue mi teniente Malagón. Por la noche dormíamos debajo de una carpa vieja y rota a la que se le pasaba el agua.
No puedo olvidar la actitud machista y dominante de los guardias, cada vez que íbamos a realizar alguna actividad. Siempre apuntaban sus fusiles contra nosotros, con la inherente amenaza de muerte.
Además del daño físico y del tiempo de vida valiosa perdido en la selva, se agrega el deteriroo sicológico de las personas. Las sensaciones de ansiedad, desazón se transmiten a los familiares. Aunque casi todos éramos solteros, se que los casados tuvieron algunos problemas complejos con sus familias. En mi caso particular, hallé muchas nuevas, algunas buenas y otras malas, entre los familiares.
Pasado el despliegue mediático de la liberación, los secuestrados comenzamos a encarar la nueva y repentina realidad. Como es obvio cada quien la recibió y reaccionó de acuerdo con su personalidad. El proyecto de vida de cada uno de nosotros, dependerá de la fortaleza espirtual y moral individual, y también del nivel de intensidad del daño que nos causaron.
Tanta humillación, tanta presión sicológica, tanta violación a nuestros derechos humanos,generaron situaciones explosivas y de dificultades de convivencia entre los secuestrados, a lo que se agrega que los bandidos se ingeniaban la forma de generar indisposiciones entre nosotros. Y algunos cayeron en esa trampa.
Como soldado detesto la inmersión en asuntos de política, por eso cada vez que recuerdo que mientras nosotros estábamos secuestrados y vejados en la selva, como por desgracia continúan otros compañeros de infortunio; había y hay dirigentes políticos ganando avemarías con camándula ajena, haciendo campaña política personal. Esos son verdaderas víboras, personas calculadoras y de bajo proceder que no merecen ni gobernar ni legislar un país. Y que no decir de tipos como Rodríguez Chacín que ha suministrado dienro a las Farc para que compren armas con las que asesinan al pueblo colombiano o intimidan a los secuestrados. ¿Será que no sienten nada esos desalmados que se prestan para esas cochinadas?
Terminada la conversación nos despedimos, con el augurio que el inteligente y muy mesurado sargento Amaón Flórez perfeccione los amplios conocimientos de inglés y francés, que termine de hacer el duelo al drama padecido y que ojalá pronto encuentre la dicha ideal del amor en compañia de alguna dama virtuosa.
Mientras tanto, el coronel Mendieta y cientos de secuestrados mas, siguen metidos en la espesura de la selva, sometidos a vejámenes superiores o iguales a los relatados por los liberados, pero lo triste del asunto es la indiferencia de la sociedad colombiana frente a a suerte de quienes la han servido y hoy carecen del preciado don de la libertad, porque fueron secuestrados por un grupo terrorista, que en contraste con su discurso propagandista, viola todos los derechos fundamentales de sus víctimas.
Ojala que notas como esta se conviertan en el acicate para invitar a los lectores y a los colombianos en general de adentro y afuera del país, para que a partir de la fecha se inicie por Facebook, por Intenet, por los medios de comunicación, en los colegios, en las universidades, en los círculos sociales, en los sindicatos,etc., una amplia, permanente e incansable campaña de exigencia a los terroristas de las Farc para que liberen a los secuestardos sin ninguna contraprestación.
Reflexiono en torno a esta guerra que muchos no quieren reconocer. Recuerdo que en el Cantón Norte de Usaquén están detenidos varios oficiales por haber cometido el delito de salvar a Colombia de una agresión narcoterrorista; que en este momento hay miles de soldados, oficiales y suboficiales que están exponiendo sus vidas en aras de defender la libertad de los colombianos, quienes en contraste no aprecian los sacrificios, ni mucho menos valoran en la verdadera dimensión, a quienes les permiten que sean libres.
Recuerdo que no se ven resultados concretos frente al tema de la Farcpolítica. Escuchó en la radio comentar que Alfonso Cano acaba de enviar a los secuestrados una carta mentirosa y calculada, en al cuál pretende engatusarlos para justificar las torturas a las que los somenten, pero que además niega con marcado cinismo.
Parece increíble la audacia de Piedad Córdoba al buscar el apoyo de congresistas norteamericanos en el acuerdo humanitario, que tal como está planteado por las Farc y sus propagandistas, es un oscuro montaje contra Colombia y la institucionalidad republicana; mientras que un cardenal colombiano les hace el juego desde Roma y un magistrado despistado, expide una sentencia inocua y descontextualizada acerca del sevicio militar obligatorio.O mientras que muchos columnistas de opinión o los reporteros son tímidos y a veces amangualados frente a las actuaciones de los terroristas.
El tropicalismo macondiano en su extensa dimensión, cobijado por la apatía y la indiferencia generalizadas.
Recuerdo al Libertador Simón Bolívar cuando dijo en 1828 en Bucaramanga que Colombia está perdida por dos generaciones. Pero son muchas mas. Igual que las múltiples dolencias que aquejan a nuestra patria.
En síntesis hay mucho por hacer para que las Farc liberen sin contraprestaciones a todos los secuestrados. Además que esto es un mandato popular rearcido el 4 de febrero de 2008 en todo el mundo.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.co.nr

No hay comentarios: