lunes, 31 de enero de 2011

¿Podredumbre en la contratación administrativa del Congreso?

 Análisis del conflicto colombiano
Hace una década un célebre politólogo colombiano escribió en una columna de opinión que "el congreso es una asociación para delinquir". En estos días han aparecido en diversos medios de comunicación informaciones acerca de aberrantes contrataciones, despilfarros y por lo destapado hasta la fecha, evidente corrupción a costa de los contribuyentes.
Que una senadora sea señalada por la Procuraduria como amiga de las Farc y por esa razón sea destituida del cargo, o que el hermano del alcalde de Bogotá al parecer utilice su investidura parlamentaria para obtener réditos personales en la contratación pública de Bogotá, son apenas dos síntomas de miles y miles de casos como nóminas paralelas, sobrecostos, coimas, tráfico de influencias, nexos con parapolítica y farcpolítica, argucias electoreras, viajes, pensiones exorbitantes para delincuentes de cuello blanco que han esquilamdo el erario público y que fuera de eso ni siquiera asisten a todas las sesiones, o las sabotean o van dormir al capitolio; son a la vez, componentes de un demoledor contraste frente a los pocos que quieren sacar a Colombia del atolladero.
De ser ciertas todas estas denuncias, debe caer el peso de la justicia a los hampones de cuello blanco y llevarlos a las cárceles comunes para que se reúnan con los atracadores y raponeros de su laya, para que allá revueltos, como deberían estar desde antes de ocupar cargos públicos, resuelvan entre vándalos sus diferencias personales y grupales.


Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com

viernes, 21 de enero de 2011

Principio del fín del mono Jojoy


    Transcurría  el descaracterizado gobierno de Andrés Pastrana, quien cedía ante los chantajes de los terroristas. Cientos de empresarios amedrentados por las Farc sacaban sus capitales del país. Estrategas de escritorio como Rangel, Tokatlian y otros pontificaban con la guerra de posiciones. El Bloque Oriental desarrollaba parte del Plan Estratégico con la expansión de las cuadrillas hacia Cundinamarca. Las Fuerzas Militares estaban maniatadas a caprichos del inepto presidente Pastrana, y mal comandadas por quienes cohonestaron la entrega del puesto de mando de un batallón a instancias de los terroristas en San Vicente del Caguán.
    Jojoy se pavoneaba arrogante por el Caguán. Lenguaraz exteriorizaba el credo intimidatorio diseñado por el Secretariado. Igual que ahora, estultos periodistas decían que Jojoy era el ala guerrera mientras Cano era el ala pensante y moderada, sin entender que ambos son terroristas y que la locuacidad de Jojoy reflejaba el Plan Estratégico fariano.
     Por aquellos días ya delinquía en Cundinamarca la cuadrilla 51 dirigida por Miller Perdomo. Ansiosos de llevar al "guerra donde más duela a la oligarquía", Secretariado en pleno, no solo Jojoy, envió  la cuadrilla Joaquín Ballén a reforzar a Miller en el suroriente de Cundinamarca. 
    Miller fue incorporado por el Partido Comunista a las Farc en el Meta. Entrenado por vietnamitas, salvadoreños, nicaragüenses y cubanos en los campamentos de Casa Verde y miembro de la familia González Perdomo cuyos integrantes pertenecen a las Farc. En llave con Nelson Robles de la cuadrilla 52 y Romaña de la cuadrilla 53, Miller cometió mil fechorías en el suroriente de Cundinamarca y proyectaba su accionar delictivo dentro de Ciudad Bolívar y la Universidad Nacional en asocio con Chucho y Carlos Antonio Lozada.
     La llegada de la cuadrilla Ballén, acordada en el campamento de La Marranera en 1994 de Guayabetal, con la anuencia del cura Camilo hoy protegido por Lula y Dilma en Brasil, significaba un gran refuerzo a la capacidad terrorista de las Farc en esta región del país.
      Todos los integrantes de “la Ballén” habían recibido entrenamiento de fuerzas especiales y eran combatientes capacitados en "penetraciones" a objetivos de alto nivel, operaciones de comandos y difusión de la línea política dentro de la masa.
     El segundo al mando de la cuadrilla era Felipe Bohórquez alias "el llanero", campesino araucano, valiente, inteligente y arrojado. Su amante, era Nancy una bella campesina. Desde la llegada a Cundinamarca, Miller comenzó a ordenar misiones al "llanero" para alejarlo de Nancy y de paso convertirla en una más de sus amantes. Por la misma época, fue capturado cerca de Guayabetal a Silvio el pastuso, segundo cabecilla de la cuadrilla 31, muy cercano a Miller en las actividades terroristas sobre la vía Bogotá-Villavicencio.
      Silvio negó ante las autoridades ser terrorista y con mentiras se comprometió dizque como campesino de la región,  a entregar información acerca de las actividades de Miller, Robles, Romaña y Joaquín "garganta".
     Como era de suponer los jueces lo soltaron y Silvio regresó a la cuadrilla para comentar que a él lo había delatado un campesino de Pipral. Entonces,  Miller ordenó al "llanero" que lo matara por sapo. Al llegar a la casa de la víctima, el ingenuo campesino acompañado por tres niños y una mujer embarazada  le ofrecieron almuerzo. 
      "El llanero" se sintió incapaz de cometer el crimen. En contraste le advirtió que huyera de la región porque las Farc lo iban a matar. Cuando "el llanero" relató la verdad a Miller, este, ofuscado le increpó:"usted tiene corazón de pollo". Como castigo, lo envió con un comando especial a asesinar al soldado centinela de la base militar La Australia ubicada a la salida de Bogotá hacia el Páramo del Sumapaz. 
      La incursión falló porque en el momento del asalto otro soldado reaccionó y dió de baja al terrorista que intentaba hurtar el fusil del centinela. "El llanero" retornó a la guarida con la noticia negativa y como circunstancia agravante, encontró a Nancy en brazos de Miller. Iracundo, "el llanero" propinó un puntapié a la mujer. Miller lo encañonó con el fusil y el ofendido guerrillero hizo lo mismo. Intervinieron varios terroristas y los tranquilizaron, pero Miller le advirtió que lo llevaría a consejo de guerra, previo concepto de Jojoy.
     Por razones obvias, Jojoy dio la razón a Miller y ordenó fusilar al "llanero", pero la radio operadora le advirtió la situación y el condenado a muerte escapó de guarida con un lanzagranadas, material que entregó ante la primera unidad militar que encontró. Luego se acogió al Plan de Reinserción del Gobierno Nacional.
    De remate, Rossi el segundo de Miller fue capturado en Pereira. Según su testimonio, Miller llegaba con Nancy a bordo de la ambulancia del puesto de salud de San Juan de Sumapaz, a un sitio alto donde mejor entraba la comunicación, para llamar desde 10 teléfonos celulares diferentes, a los familiares de los secuestrados, para que pagaran los dineros de los rescates. 
    En una cinematográfica operación de comandos, los soldados se infiltraron en la noche y en absoluto silencio escondidos entre los matorrales esperaron la llegada del terrorista. A las nueve de la mañana apareció el carro. Desconfiado Miller oteó el sector aledaño. Nancy bajó tranquila y desinhibida orinó muy cerca de la cabeza de uno de los soldados del equipo de choque de la contraguerrilla. Miller hizo la primera llamada y amedrentó a una de sus víctimas. Suspendió las llamadas, de repente disparó su fusil contra un soldado, e intentó subir al vehículo para escapar, pero una ráfaga lo dejó sin vida. A su lado cayeron Nancy y otro escolta.
    Cuando las tropas de refuerzo se aproximaban a lugar de los hechos, Silvio el pastuso salió de una vivienda con un fusil R-15 y enfrentó a los soldados pero también murió con su escolta.
     La muerte de Miller Perdomo fue un golpe mortal para las Farc. Significó la muerte de un cabecilla de frente, la pérdida del primer puntal de confianza de Tirofijo, Jojoy y el resto del secretariado en el plan de entrar a Bogotá, además de la pérdida de cientos de documentos electrónicos, dificultades para contactar a los familiares de secuestrados y extorsionados, disgregación de las milicias urbanas de Bogotá y en general, un duro revés para el Plan Estratégico de las Farc. 
      Así, la muerte de Miller Perdomo en el Páramo del Sumpaz marcó el comienzo del debilitamiento del Bloque Oriental y el fin del mito de  la supuesta invencibilidad del mono Jojoy. Después vinieron la Operación Berlín en Santander, las bajas de Urías Cuéllar, Buendía, y otros cabecillas cuya misión era intensificar la guerra en Cundinamarca. El destino del mono Jojoy estaba trazado.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
 

martes, 18 de enero de 2011

¿Acuerdo humanitario y negociación de paz con las Farc?

      La liberación unilateral de cinco secuestrados en poder de las Farc es una jugada a varias bandas del grupo terrorista, pues busca relegitimar a Piedad Córdoba,  proyectar Dilma Rousseff como la gestora de la “paz” en Colombia, facilitar la labor política venidera de Lula en el continente, y desde luego, que al comunidad internacional retire el rótulo de terroristas a las Farc.
      En teoría suena atractivo un anuncio de aclimatación de paz, pero el fondo del asunto es diferente. Las Farc se guían por el Plan Estratégico que no es otra cosa que la hoja de ruta integral que tiene su partido político para avanzar hacia la toma del poder e imponer una dictadura totalitaria en Colombia, afín a los intereses del socialismo del siglo XXI.
      No es un secreto que los contundentes golpes tácticos de connotaciones político-estratégicas propiciados por las Fuerzas Militares en desarrollo de la Estrategia de Seguridad Democrática, contribuyeron a aumentar problemas internos en las Farc verbigracia, dificultades de comunicación entre los cabecillas del Secretariado, incremento de las deserciones, pérdida del secreto de sus planes, revelación de los nombres de sus cómplices dentro y fuera del país,  corroboración de su inmersión en el narcotráfico, así como la confirmación de su autoría en diversos actos terroristas, negada por ellos mismos.
     Por lo tanto, antes de tomar cualquier decisión de fondo y en contravía con la presión internacional que ejercen los amigos de las Farc, el gobierno colombiano y la Cancillería deben examinar con lupa los reveladores documentos del Movimiento Continental Bolivariano, el Foro de Sao Paulo y los comprometedores emails hallados en los computadores de Reyes en Ecuador y de Jojoy y Tirofijo en La Macarena.
    Ninguno de estos documentos se inclina hacia la paz con desarme y sometimiento de los terroristas a la justicia colombiana. Mucho menos refiere la reparación de las víctimas que ha producido el latente ataque de las guerrillas comunistas contra la institucionalidad desde hace cincuenta años. 
    Por el contrario, son planes de guerra combinados con argucias publicitarias y estratagemas politiqueras continentales orientadas a legitimar a las Farc, lograr que el gobierno colombiano se siente a hablar de acuerdo humanitario y de supuesta paz con los terroristas, para que así los gobiernos afines al Foro de Sao Paulo, puedan reconocerles estatus de beligerancia, abrirles embajadas en sus países y apoyar el Plan Guaicapuro del gobierno de Venezuela contra Colombia, para instaurar aquí un gobierno afín al socialismo del siglo XXI y la línea castro-chavista.
    Es evidente que el gobierno colombiano se quedó corto y demostró carencia de estrategia integral para contrarrestar los planes terroristas en el hemisferio,  por no llevar los computadores de Reyes a la Corte Penal Internacional, por no desenmascarar a todos los que allí aparecen comprometidos y fuera de eso por el inexplicable silencio y manejo a cuentagotas que se ha dado a los voluminosos y de seguro, explosivos contenidos, de los computadores de Jojoy y Marulanda incautados en un mismo sitio.
    Si se analizan los hechos ocurridos después de la improcedente reunión de Tirofijo con Chávez, Correa, Evo y Ortega en el Yarí, el libreto de las Farc y sus correligionarios ha sido el mismo: Farsas de liberaciones a cuentagotas, propaganda sesgada  contra el gobierno colombiano apoyada desde la sombra por los miembros más recalcitrantes de Unasur, difusión de la idea de negociar el acuerdo humanitario con la subsiguiente paz, ataques terroristas aislados y protagonismo mediático de Colombianos por la Paz al unísono con la “discreción” mediadora de Lula.
    Sin embargo, las operaciones Jaque, Fénix, Camaleón y Sodoma, sumadas a la torpeza de las Farc al asesinar al gobernador del Caquetá recién secuestrado, y el descubrimiento de todos sus planes, han conducido el curso estratégico de los acontecimientos a que Dilma Rousseff, sea la tabla salvadora que evite el naufragio de las Farc como proyecto político.
     En ese orden de ideas, así como la Cancillería debe reaccionar para difundir ante el mundo la realidad “fariana” y denunciar ante los tribunales internacionales a quienes apoyan el terrorismo contra Colombia; los ministerios del Interior, Justicia y Defensa, deben desempolvar las experiencias  de las fracasadas negociaciones de paz de las Farc con las administraciones Betancur, Barco, Gaviria, Samper y Pastrana, para asesorar al gobierno central cómo debe actuar, dada la farsa reiterativa y la metodología engañosa del Secretariado de las Farc.
      La explicación es sencilla. Si desde hace más de diez años, las Farc se han obcecado en negociar un acuerdo humanitario para legitimar el secuestro y alargar la guerra, hoy que están en dificultades políticas, militares, logísticas y de interacción con los cabecillas nacionales, pero indoctrinados por el credo marxista-leninista y convencidos que el lineamiento táctico alrededor del terrorismo es correcto, las Farc no van a renunciar ni al Plan Estratégico, ni a la idea de meter a Colombia en el entorno castro-chavista que corre por el hemisferio. 
     Además, sus socios internacionales tampoco van a renunciar a esa posibilidad, porque entre otras cosas, quienes están implicados en apoyar las Farc, necesitan que el entramado capitalista se caiga en Colombia, para quitarse ese problema de encima, primero con la legitimación de las Farc y después con el apoyo militar, económico y diplomático a ala ofensiva final del grupo terrorista.
Todo esto india que la liberación de los cinco secuestrados a cuentagotas, como apéndice de la búsqueda del acuerdo humanitario que tanto promueven sus socios políticos, no es ningún paso hacia la paz, sino una jugada estratégica más hacia la prolongación de la guerra en al que llevan cincuenta años, a la que no van a renunciar pues como decía Tirofijo: “estos fusiles lso conseguimos en combate, nadie nos los dio, entonces tampoco tenemos porque entregarlos a la oligarquía.
       Así ha sido cada vez que el gobierno se sienta a hablar con las Farc. Cambian el libreto, se declaran agredidos, culpan al gobierno de toda la violencia que han generado las cuadrillas de las Farc, amenazan estar muy furiosos y descontentos con el trato recibido, y dilatan las cosas mientras sus cuadrillas se fortalecen en los campos político y armado. 
     Luego rompen las conversaciones y afirman que no les quedó otra salida que continuar en la guerra. Las Farc nunca han pensado en desmovilizarse, ni en la reforma agraria, ni en la paz. Su argumento es la guerra para conseguir la paz comunista, es decir, para tomarse el poder e implantar un gobierno totalitario en Colombia. Ni más ni menos.
      Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
       Analista de asuntos estratégicos

jueves, 13 de enero de 2011

Las Farc y sus cómplices deben reparar a las víctimas de sus atrocidades

   El ansia protagónica y politiquera del Partido Liberal en torno a la Ley de Reparación de Víctimas, ha dado espacio para que los miembros del Partido Comunista Clandestino de las Farc y hasta el terrorista Alfonso Cano en su mensaje de año nuevo a las cuadrillas, tercien en el asunto y busquen ganar más espacio político, en aras de demostrar ante la justicia internacional la supuesta causa política y en segundo lugar demostrar la farsa comunista, que en Colombia "la oligarquía y las Fuerzas Militares han cometido crímenes contra el campesinado". Pedro nadie habla nada acerca de la reparación de las víctimas de las Farc.
    Esta acción publicitaria cae como anillo al dedo al Plan Estratégico de las Farc y a los intereses geoestratégicos del Foro de Sao Paulo tendientes a legitimar a las Farc, reconocerles estatus de beligerancia, "terciar en la paz de Colombia", y apoyar una guerra frontal del narcoterrorismo comunista contra la institucionalidad en el país.
Mientras Santos supone que por medio de la hipocresía mutua con Chávez y Correa hace diplomacia y que la falta de carácter es sinónimo de buen negociador, la Canciller Holguín y los embajadores continúan desfasados de los planes concretos de los comunistas contra Colombia. 
    Hace pocos días Correa vino a Cali. Cínico, desvergonzado, mentiroso y falso como todo comunista con poder, no solo negó su militancia terrorista al lado de las Farc, sino que sindicó a todos los colombianos como cómplices de las Farc. 
     De remate, quizás por su cercanía con Santos, Claudia Gurisatti sirvió de caja de resonancia a lo que decía Correa. De manera extraña no lo acorraló como hizo con Isa Conde o con otros amigos de las Farc. Por el contrario le dio micrófono para que se lavara las manos, mintiera y además culpara a Uribe, de la complicidad del partido político ecuatoriano Alianza País con las Farc. Ahora los pájaros le tiran a las escopetas.
    Días antes Santos declaró que Chávez es su nuevo mejor amigo, sin ni siquiera tocar el tema de las guaridas terroristas de Márquez, Granda, Timochenco y Gabino en Venezuela. Por el contrario le ha ayudado a la payasada al decir que Chávez coopera, porque su gobierno captura a desertores de las Farc y el Eln, que son buscados por los terroristas para asesinarlos por traidores, pero Chávez los presenta ante los medios como miembros activos de las Farc y el ELN. Y Santos le da el espaldarazo a la farsa chavista.
    Por la misma época las Farc saludaron a la "compatriota Dilma Rousseff" con la misma efusividad que ocho años atrás saludaron a Lula y transaron apoyarlo con cinco millones de dólares para su campaña presidencial a cambio del estatus de beligerancia. 
    Pero que coincidencia, pese a que Piedad Córdoba fue destituida del senado por que la Procuraduría comprobó con argumentos sólidos sus nexos con las Farc, los terroristas y sus cómplices montaron otra escena del sainete con la liberación de cinco secuestrados, tan pronto la camarada Dilma estuviera en el poder, para que ella como nueva mandadera de Lula y Unasur, les ayude a impulsar el proyecto político internacional de reconocimiento de estatus de beligerancia, mediante la farsa de sentarse a negociar la paz con el gobierno colombiano.
    Pero claro, no la paz que quiere Colombia con la desmovilización de los terroristas y su sometimiento a la justicia. Las Farc y sus compinches quieren la paz en la que los terroristas gobiernen a Colombia y se integren al proyecto castro-chavista de Lula y sus amigos. Mientras tanto no habrá paz en Colombia.
     Al gobierno colombiano no le queda otra opción que actuar con base en una estrategia coordinada que incluya: 1. Acción militar contundente contra los cabecillas del Secretariado y de cuadrillas 2. Denuncias penales ante instancias internacionales a todos los gobernantes y cómplices internacionales de las Farc con base en los computadores de Reyes, Jojoy y Tirofijo. 3. Desatar una campaña más intensa y agresiva de propaganda invitando a los terroristas a desmovilizarse con computadores y documentos de los cabecillas.
    4. Sensibilización de las comunidades afectadas por el narcoterrorismo comunista hacia la aceptación del Estado de derecho y la integración sociopolítica al desarrollo integral del país. 5. Fuerte inyección económica a proyectos de desarrollo socio-económico en estas áreas. 6. Combate frontal contra la corrupción en los diferentes niveles de la administración 7. Acciones concretas y sostenidas de la Cancillería y sus amodorrados cuerpos diplomáticos para que vayan a diferentes lugares del planeta a denunciar las atrocidades del narcoterrorismo comunista. 
    8. Cuantificar y publicar los daños a la infraestructura nacional  causados por las Farc y concretar cómo van a pagar sus cabecillas estos daños cuando se desmovilicen, para que no se repite al experiencia sucedida con los terroristas del M-19 y de la Corriente de Renovación Socialista del Eln que ahora son moralistas y hasta funcionarios públicos. 
    9.   Identificar y judicializar a todos los miembros del Partido Comunista Clandestino y del legal, que tengan vínculos probados con las Farc, para que responden con cárcel por los delitos de sus cómplices y con dinero para reparar a las víctimas de la demencia fariana.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
www.luisvillamarin.com